El 43º Congreso Eucarístico se celebró en agosto de 1985 en Nairobi. Fue clausurado por JP II el 18 de agosto. Una de las ponencias corrió a cargo de la Madre Teresa de Calcuta. En esa charla ella contó esta anécdota: «Hasta 1973 teníamos Adoración al Santísimo una vez a la semana después del día de retiro. Ese año me llegó una petición unánime de las hermanas: «¡queremos tener Adoración todos los días!». Hice de abogado del diablo y pregunté: «¿Cómo podríamos tener Adoración diaria con tanto trabajo?». Pero, mis hermanas insistieron, y a mí me gustó la idea. Así que empezamos a tener Adoración todos los días. Y ahora, puedo asegurar sinceramente que desde entonces en nuestra comunidad hay un amor más íntimo hacia Jesús, hay más comprensión entre las hermanas, hay más compasión hacia los pobres… y hemos duplicado el número de vocaciones».
Creo que este es un buen ejemplo de lo que Jesús quiso decir cuando dijo: trabajad… por el alimento que perdura para la vida eterna (Jn 6,27). ¿Por qué? Para responder a esta pregunta, podemos plantearnos primero otra: ¿qué es la vida?
La vida es un principio intrínseco según el cual los seres vivos realizan determinados tipos de acciones. Por ejemplo, los animales pueden desplazarse localmente (pueden ir de un lugar a otro) porque tienen vida animal (las plantas no tienen esa capacidad, no tienen vida animal). Pero, Jesús no está hablando de una vida humana que no acabará sino de una vida nueva, una vida sobrenatural.
¿Qué es esta vida nueva? Precisamente esta nueva vida da la capacidad de realizar tipos de acciones que son imposibles de hacer con nuestra vida humana. Esas acciones son acciones sobrenaturales. Es decir, debemos ser conscientes de que a través de la Eucaristía tenemos la capacidad de realizar acciones sobrenaturales aquí en la tierra y, por eso, debemos utilizar o seguir este principio de vida sobrenatural.
Así como podemos tener la capacidad de pensar pero no pensar realmente, también podemos tener esta nueva vida pero no necesariamente usarla. Así como necesitamos desarrollar nuestra vida natural, también necesitamos desarrollar nuestra vida sobrenatural, lo que significa que debemos trabajar por este alimento. Así como necesitamos alimentar la vida natural con pan terrenal, también necesitamos alimentar la vida sobrenatural con el pan de vida (Jn 6:35): Jesús Eucaristía, que es el alimento que perdura para la vida eterna.
Volviendo a las hermanas de la Madre Teresa, ellas sentían el deseo de aumentar esta vida sobrenatural y querían trabajar por ese alimento añadiendo la Adoración diaria para aumentar o fortalecer la vida sobrenatural que tenían. Como las hermanas de la Madre Teresa debemos ser conscientes de esta vida sobrenatural que Jesús nos dio y trabajar por el alimento que la fortalece.